LA BASE MAS SOLIDA
LA BASE MÁS SOLIDA
Cuando
interactuamos con empresas o conocemos a gente de organizaciones, en muchas
oportunidades escuchamos el mismo lamento: “No tenemos gente comprometida con
el negocio”, “no hay gente a la que le duele el logo de la empresa”. Hablar
sobre la identidad y pertenencia es un tema difícil, sobretodo en estos tiempos
de convulsiones y de brechas sociales. Esperar que los trabajadores se sientan
comprometidos no solo tiene que ver con la antigüedad que ellos posean, ni con
las políticas salariales de las organizaciones. El dinero, por su parte, como
otros incentivos financieros, en economías de alta inflación como la nuestra,
se vuelve “sal y agua” en pocos momentos. Aquellos que esperan mejoras
económicas, cuando las reciben, ven disminuidos ese poder adquisitivo en tan
solo poco tiempo después, lo que hace esta práctica motivacional, una política
que no cubre las expectativas y genera una desazón permanente. En vista de
esto, debemos reorientar nuestros esfuerzos para “buscar” fórmulas que sean
verdaderamente motivantes y retadoras. ¿De qué manera podemos conectar a los
trabajadores con la empresa y que estos se sientan genuinamente identificados
con ella?, ¿Cómo lograr que el trabajo de cada uno sea algo motivante y que
genere ese estímulo personal y el deseo de hacer las cosas bien, por
satisfacción personal, tomando conciencia de que nuestro aporte genera
beneficios a nosotros y al resto de la comunidad laboral?. ¿Cómo crear
responsabilidades compartidas para que el trabajo sea una preocupación de todos
y una responsabilidad colectiva? Allí se encuentra la clave del Compromiso y la
Pertenencia. Debemos buscar fórmulas que nos permitan hacer de cada uno de
nuestros trabajadores gente comprometida con sus funciones y doliente de los
resultados de sus procesos. Pero esto no puede ser un asunto impuesto, debemos
establecer una estrategia inteligente que nos permita atraer la atención de
nuestro equipo a través de conceptos que los acerquen a ellos mismos, que los
identifiquen con su vida cotidiana y que les permitan descubrir que estos aspectos
son comunes a todos nosotros…de que hablamos?...hablamos de nuestros valores.
Desde el trabajador más humilde hasta aquel que tiene la mejor preparación académica
viene a nuestra organización cargado de una información casi genética de
principios y valores que los definen. En todas nuestras experiencias de
facilitación, cuando tocamos el tema de vida, encontramos que en todos ellos
los conceptos de valores y principios son más coincidentes que divergentes.
Nuestras historias son comunes y están basadas en el esfuerzo, el sacrificio, la
responsabilidad, el respeto, la cooperación, el trabajo duro y abnegado….toda
una cartera de información que desde pequeños nos ha hecho personas tal y como
somos, para algunos, con estos aspectos identificados y definidos y para otros,
una gran mayoría, diría yo, con solo esos sabores en su vida, en ese día a día
de sobrevivencias. La Clave está en hacernos conscientes de nuestros valores,
rescatar esos conceptos y ponerlos en evidencia en nuestras actividades
diarias, para hacer de nuestro comportamiento algo nuevo y retador. Soy lo que
siento, soy lo que digo, soy lo que actúo. Todos y cada uno de nosotros tenemos
la Base más Sólida que podamos
necesitar. Apoyemos a nuestra gente al “darse cuenta” de lo poderosa de su
vida, que esos esfuerzos y sacrificios que hacen, son comunes para todos. Que
todos apuntamos a lo mismo, buscando paz, tranquilidad y beneficios en lo que
hacemos. Y lo que hacemos, cada uno de nosotros, en sus diferentes trincheras,
son aportes vitales para el futuro de los negocios y de nosotros mismos.
Debemos trabajar pensando en ganar-ganar, ya que es la única salida a esta
crisis. Aprovechemos nuestra identidad como nación y rescatemos principios y
valores que nos enorgullecen y enaltecen, principios de vida, para una vida
mejor…
Arnaldo García Pérez
DTG Consultores
@arnaldogarciap
Excelente reflexiòn
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