EL CIUDADANO VENEZUELA
EL CIUDADANO VENEZUELA
Revisando Wikipedia nos encontramos con una
definición a este término que dice “ciudadano es el nombre dado al hombre que por haber nacido o residir en una ciudad, es miembro de la
comunidad organizada que le reconoce la cualidad para ser titular de los
derechos y deberes propios de la ciudadanía, quedando obligado, como ciudadano,
a hacer que se cumplan”. Otro concepto de interés nos dice “Ciudadano es la persona que por su naturaleza
pública y por su condición natural o civil de vecino, establece relaciones
sociales de tipo privado y público como titular de derechos y obligaciones
personalísimos e inalienables reconocidos, al resto de los ciudadanos, bajo el
principio formal de igualdad”.
Cuando hablamos de derechos y deberes, esta
ciudadanía nos lleva a entender que existe una condición de igualdad que nos
permite, por un lado, estar en el pleno derecho de defender principios y
valores y por el otro, de obligarnos a cumplir con cada uno de ellos. Aquí
empieza nuestro calvario como sociedad, tanto en las comunidades, como en las
empresas y organizaciones públicas y privadas. Por una parte existen muchos que
pensamos que esta ciudadanía nos da derecho a hacer simplemente lo que nos
plazca, sin importar si nuestra conducta afecta o no al vecino o impacta a la
comunidad, y por otro lado estamos otros que valiéndonos de ella misma, la
utilizamos para denigrar de ella y descalificar cualquier acción.
La ciudadanía se enseña primero en la casa y luego
se va reforzando en el colegio y dentro de nuestras relaciones sociales. La
gran base de la misma viene de lo que vemos en nuestra casa y en el accionar de
nuestra familia. El respeto a las normas y leyes, la solidaridad con el vecino,
el apoyo a iniciativas para con la gente, son conductas aprendidas desde la más
temprana edad, a través del modelaje.
El levantarse temprano en la mañana y salir al
trabajo atropellando a la gente con tu vehículo, el saltarte los semáforos, el tener
una actitud agresiva en todo momento, el no considerar a las personas mayores,
el ser groseros e informales, el no respetar la puntualidad en las
obligaciones, no es un tema solo de la situación que vivimos, sino de la manera
cómo nos hemos educado a lo largo de nuestra vida.
Vemos sociedades vecinas donde el respeto hacia
los ciudadanos y entre ciudadanos es ejemplar, desde la gente más humilde y sin
recursos y hasta los más afortunados, todos se relacionan sobre la base del
respeto y las buenas costumbres para vivir.
Es importante que nosotros como sociedad
entendamos nuestra obligación de rescatar estos valores ciudadanos y comencemos
a modelar acciones diferentes. Nada se pierde con unos buenos días y un como
esta? Debemos tomar conciencia que no es sólo un problema de estado y que la
solución a muchas de nuestras dificultades está en nuestras propias manos. Si
cada líder de comunidades, si cada líder empresario, por más grande o pequeño
que sea, comienza a delimitar cambios importantes en nuestra manera de
relacionarnos, pronto estaremos todos imitando esas conductas que nos harán un
mejor país. Esto se logra con el modelaje sincero y genuino, demostrando en
cada accionar que somos seres diferentes y que estamos en la capacidad de
cambiar. Así como los medios de comunicación se abocan a difundir noticias y
campañas de intereses particulares, deben dedicar también tiempo y esfuerzos
para apoyar iniciativas que nos ayuden a rescatar nuestra ciudadanía. Le toca
también a gremios y organizaciones.
Ver nuestra manera de ser en el pasado
reciente, tan solo unas décadas atrás, donde existía el respeto y la
solidaridad ciudadana, debe darnos el coraje y la energía para reconocer que si
lo podemos hacer. Está en nuestro ADN como país, ser una nación respetuosa de
nuestros valores y principios.
Trabajemos todos para volver a ser una sola
Venezuela.
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