DE BUENOS PROPÓSITOS Y MALAS ESTRATEGIAS...


DE BUENOS PROPÓSITOS Y MALAS ESTRATEGIAS…

Particularmente en estas épocas del año, muchas personas asumen como parte de su ritual de vida, el establecer nuevos propósitos para el año que está por transcurrir. En la mayoría de los casos, estos propósitos van atados a necesidades inminentes o a sueños inalcanzables que se desean desde tiempos anteriores. Estos deseos se repiten año tras año, en un  juego por mejorar las cosas, pero en muchos casos sin una acción y un plan que los impulse.

En las organizaciones pasan eventos similares. Cada final de año calendario, en la mayoría de ellas, se establecen agendas de trabajo para iniciar todo un proceso que involucra a las mentes más creativas de las empresas y a los responsables del manejo operativo de las mismas. Allí comienza toda una jornada de análisis del entorno económico, político y social, como elementos impactantes desde afuera de la organización. En muchas de ellas hasta se contrata la presencia de “expertos” para conocer sus predicciones de futuro. Luego se pasa a revisar procesos internos y sus respectivas potencialidades, ya sea para aumentar participación de mercado, o en los escenarios más humildes, mantenerlos. En estas jornadas, el análisis es la actividad natural. Todos en plenaria, o en equipos de trabajo, revisan en detalle cada uno de los procesos medulares y establecen maniobras de mejoras para alcanzar las metas. Como resultado, aparecen al final de este proceso estrategias y proyectos a desarrollar por cada uno de los involucrados. Planes departamentales u objetivos individuales se plasman en documentos como garantía de éxito en la gestión.    

Hasta allí todo funciona muy bien. Comenzamos el año con pleno conocimiento de nuestras responsabilidades y objetivos. Lamentablemente, en muchos de los casos este proceso no avanza más allá de un primer trimestre de gestión. La falta de seguimiento oportuno, aunado a la poca o nula estrategia de establecer pequeñas acciones de mejora que sean alcanzables y motivadoras en el tiempo, hace que los proyectos se abandonen y no se cumplan los pronósticos. Mas tarde, en las fechas de revisión es que nos damos cuenta de las pocas posibilidades de éxito de los mismos. 

Entonces, cómo hacer para que todo este esfuerzo se vea compensando con la realización de cada uno de los objetivos establecidos?

Es necesario desplegar aquí algunos pasos a seguir:

1.      Es importante designar la responsabilidad del seguimiento a alguna unidad o persona. Una unidad de Control de Gestión o Planificación Estratégica, debe hacerse dueña de la responsabilidad de monitorear mensualmente los avances de cada proyecto y unidad. De esta manera estamos garantizando que tenemos conocimiento certero del progreso de los mismos y de una persona que concertará con los protagonistas los estatus de avance.

2.      Debemos garantizar que cada responsable de proyecto o Acción, conozca realmente los alcances y los objetivos esperados. Muchas veces asumimos compromisos sin el conocimiento real del impacto que estos pueden causar al negocio.

3.      En cada proyecto es vital que el mismo se despliegue en pequeñas acciones de mejora. La clave en los procesos de calidad es el logro de pequeñas victorias que sumadas nos lleven al logro máximo de la actividad u objetivo. Estas pequeñas acciones deben ser programadas en base a las condiciones reales de nuestro negocio y no sobre un “deber ser”, ya que allí se pueden producir retrasos en el desarrollo y por ende desmotivación para el logro.

4.      Es vital comunicar a cada miembro de la unidad o departamento los objetivos y compromisos asumidos. El Trabajo en equipo es la base del éxito y como tal, cada miembro del equipo, participe o no en el proyecto, debe conocer nuestros compromisos con la organización y los tiempos de cumplimiento.

5.      Debemos establecer pequeñas auditorias a los proyectos, o bien internamente en las unidades o con el Líder de seguimiento para no abandonar o aflojar los impulsos.

Si cada miembro involucrado dentro de la organización, realiza un compromiso de seguimiento a las acciones de mejora, tenga la seguridad que estas se alcanzarán y pasaremos a un nivel mayor de productividad y motivación para asumir nuevos retos en el futuro. Allí la historia cambiará y cada año podremos establecer una Planificación Estratégica de éxito.

Saludos y Feliz 2013.

Arnaldo García Pérez
DTG Consultores
0414.3222090
@arnaldogarciap /
www.arnaldogarciap.blogspot.com

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